¿Querés un millón de dólares? Pregunta picante como los nachos mexicanos la que le hacen a Emilio Disi, en realidad, al agente inmobiliario Ernesto Zambrana en el último film de los directores Mariano Chon y Gastón Duprat “Querida voy a comprar cigarrillos y vuelvo”. Pero a veces, lo peor que te puede pasar es que tus deseos se hagan realidad.
A este agente inmobiliario de Olavarria, se le presenta una oportunidad única de manos de un desconocido, interpretado por Eusebio Poncela. Un mercader de Malasia que posee poderes le ofrece un millón de dólares a cambio de un viaje de 10 años por su vida, en el momento que desee. Vivir esos 10 años nuevamente, y así, obtener ese premio que le permitiría salir de su vida aburrida y monótona.
En su viaje trata de buscar alternativas para que su vida sea diferente, busca la forma de ser rico, exitoso en la tv, intenta ser músico, pero su destino ya estaba escrito. Volvería a ese mismo lugar a donde había dejado a su mujer esperando para vivir su realidad y resignarse, o solo, intentar cambiarla.
Con la narración del escritor Alberto Laiseca suma suspenso y le da un toque distintivo de películas donde el protagonista vive otra realidad para cumplir un deseo o viaja en el tiempo. En el film apela a recursos sencillos para llegar a la exageración y ser claros, un dato distintivo de los directores.
Ese viaje hasta el kiosco parecía un trámite, pero la búsqueda de ese millón de dólares en su pasado terminó siendo mucho más difícil que dejarse sorprender por el imprevisto diario que nos enfrenta el presente.
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