Artecoolinario salió a buscar un lugar donde dormir y se encontró con el Art Factory, un hostel a pocas cuadras de Plaza Dorrego en el barrio de San Telmo, donde sus visitas pueden disfrutar de arte, creatividad y también de un tradicional asado argento.
El Art Factory, es una casa antigua similar a cualquier otra que está en el barrio. Pero detrás de su puerta, paredes de colores, dibujos y eclecticismo hacen un lugar original con estilo único.
Seis meses fueron los que estuvieron en pleno “caos creativo” para hacer de cada sala un mundo distinto.Con imaginación, diseños y estéticas diferentes en cada una de las habitaciones, hacen de la casa antigua un lugar de vanguardia.
En uno de los pocos cuartos que se encuentran desocupados, un centauro en tonos grises y blancos ocupa toda la pared de la cabecera de la cama. Y así cada habitación adapta un estilo diferente. Alguna con rayas azules que cruzan de lado a lado y otras pintadas por artistas de distintas partes del mundo.
“Está inspirado en un lugar de Holanda, una especie de squatt creativo, en el cual tu aporte es ponerle onda a una pared y te podés quedar. Con esa idea no había mucho que inventar”, cuenta Manuel Frias uno de los dueños.
Los artistas que trabajaron las paredes de la casa vivieron en el hostel hasta que terminaron su obra. Actualmente tiene las puertas abiertas para que cualquier huésped sea parte de esto, se exprese, y deje su firma en una pared.
Es como un centro cultural donde cada huésped tiene su espacio. Se dictan talleres de actuación, fotografía y se hacen muestras y ciclos de música. Además cuenta con actividades que ya son un clásico, como el asado de los viernes, donde el hostel entero se paraliza en el comedor para compartir achuras, vino y un buen plato de carne argentina.
Ubicado en el antiguo barrio de San Telmo, caracterizado por sus calles de adoquines y sus casas de época, le da esa serenidad que lo aleja del centro de la ciudad. Sin embargo, la cercanía de distintas líneas de colectivos y el subte permiten a los turistas moverse con comodidad por Buenos Aires.
Una de las alternativas que ofrece el hostel es el “Art Walk”. “Una caminata artística por San Telmo. Se le muestra una selección de los graffiti, del arte callejero más destacado y algunas galerías de arte. Es la información que este barrio tiene que no te la da ningún librito. Te muestra el color de San Telmo”, afirma Rick, el guía de la aventura.
Si bien el Art Factory cuenta con habitaciones bien variadas, su dueño cree que su fuerte está en los espacios comunes. Por eso, el hostel tiene una gran sala de lectura, un bar y una terraza para compartir un buen momento donde los que están de paso pueden conectarse.
“Lo que más me gustó de Art Factory es su dinamismo. Siempre hay alguna actividad para hacer. Pero también se respira mucha paz y uno puede hacer lo que quiere”, cuenta Lisa Weiben, una huésped austriaca.
La trastienda de una casa del siglo XIX, con ambientes amplios, restaurada con mucha imaginación bajo el concepto de comunidad por artistas de todo el mundo, es la posibilidad que brinda este original hostel para hospedarse y descansar en un lugar distinto.
“El viaje es como un break en la vida. Donde la gente se encuentra. Porque después la rutina y el trabajo te vuelve a separar. Y en el hostel se da ese paréntesis tan necesario”, asegura Manuel.
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