Son muchas las propuestas que puede ofrecer el barrio de Palermo, en Buenos Aires, a la hora de buscar un bar para divertirse. Sin embargo, el llamado Acabar se destaca por su particular características: la interacción humana a través de los juegos de mesa.
Una de las dos dueñas, explicó el origen del nombre del bar: “Al ser uno de los primeros de la zona queríamos identificarlo de los otros locales.`Acá hay un bar´, fue nuestra frase de cabecera, y se lo que queríamos trasmitir a todos los clientes. Pero con el tiempo quedo Acabar, algo más fácil y simple de recordar”.
Sin duda, la decoración es uno de sus aspectos más fuertes. En sus tres salones hay capacidad para 350 personas, y en ellas, predomina la comodidad y el bienestar.
Diferentes colores, texturas, formas y tamaños, son los elementos que juegan un papel fundamental a la hora de ambientar todo el local.
La cantidad de mesas son tantas, como la variedad de estilos. Grandes, pequeñas, redondas, cuadradas, cortas y largas, de vidrio, de madera, con sillones antiguos, o sillas plateadas o doradas.
La iluminación también es heterogénea. Hay lámparas de araña, plateadas con tubos fluorescentes, hasta las tradicionales lamparitas del árbol de Navidad.
Pero todo esto no llegaría a describir el bar sin dejar de nombrar a los cuatro estantes repletos de juegos de mesa que se ubican en el medio de los tres salones. La variedad con los que cuenta nunca se acaban, y entre ellos están el Pictonary, Monopoly, Burako, Crucigrama, Cartas españolas, hasta un ajedrez gigante creado por las dueñas del bar.
El bar cuenta con otra cualidad que lo hace más original y se debe a la elaboración de sus platos. La comida es casera, con porciones abundantes. En algunos casos se puede compartir el menú entre varias personas.
La chef de Acabar, comentó sobre su trabajo: “En la cocina lo que se prioriza es que los alimentos sean frescos y de buena calidad. A partir de ahí se puede llevar a cabo cualquier plato”.
¿Hay edad para dejar de jugar? Acabar creó sus propias reglas para que nadie se pierda esta atractiva posibilidad de comer y jugar al mismo tiempo. Sólo se necesita tener los sentidos bien abiertos para no perderse todas las propuestas que están sobre la mesa.