martes, 5 de julio de 2011

Con un granito de arena

Jorge milita en politíca hace más de veinte años, sin obtener nada a cambio porque cree que de esa manera desde lo sano se puede cambiar el futuro de la sociedad.

martes, 28 de junio de 2011

Fusión de colores y sabores

Una tendencia alimenticia, un paseo y una feria ecológica. Todo esto es parte del Mercado de Productores Sabe la Tierra, el espacio de consumo
consciente en los andenes de la estacíon San Fernando del Tren de la Costa.
La iniciativa está organizada por la asociación civil en formación Sabe la Tierra, que apunta a convertirse en el punto de encuentro directo entre productores y consumidores conscientes, como alternativa de vida sustentable.
Alimentos orgánicos, naturales, agroecológico y objetos de diseño están a la venta todos los sábados de 10 a 18 horas, acompañados por actividades para grandes y chicos: eco-talleres, charlas y visitas de compra, guiadas por la chef Perla Herro, una de las tres responsables del proyecto junto a Angie Ferrazzini y Lucila Rodríguez Carniglia.
A diferencia de otros mercados, éste es todo natural. 

Un "loco" para conocer

Artecoolinario visita a César Covi, actor de teatro under que de la mano de Alex Tossenberger llega a la pantalla grande en el film Desbordar. A semanas del estreno, desde los estudios de la productora Moscul, nos cuenta su experiencia y su visión acerca de la actualidad del neurosiquiátrico José Tiburcio Borda en el marco de la sanción de la nueva ley de salud mental. (Video-entrevista en la columna de la derecha).

lunes, 27 de junio de 2011

"Estamos invitados a tomar el té"

Esta vez, me voy a dar el atrevimiento de contar algunas sensaciones que tuve cuando pase por este maravilloso lugar en diferentes momentos de mi vida. Se llama Las Cortadores, un restaurante y casa de té, muy agradable, distendido, con detalles netamente cuidados que te dan ganas de volver y volver.
Cuenta con cuatro sucursales: Palermo, Las Cañitas, Florida y Villa Gesell, y si bien tuve la oportunidad de conocer dos de ellas, me alcanzaron para confirmar que la elaboración de sus productos son imperdibles.
 La primera vez que conocí Las Cortaderas fue pura casualidad. De viaje con un grupo de amigas por la costa atlántica se nos ocurrió salir a caminar el último día de nuestras vacaciones una tarde de 32 grados de temperatura. La playa, los boliches y las cartas (después de 15 días) se hacían repetitivas, y gracias al hambre y el aburrimiento terminamos ingresando a un bosque.
 El lugar era increíble. Madera, sol, tierra, plantas y el olor a medialunas recién salidas del horno fue la combinación perfecta para quedarnos.  Me acuerdo que las cinco merendamos lo mismo y en la carta figuraba por “Cortaderas”, como para hacerle honor al lugar, que se trataba de café con leche, dos tostadas y dos medialunas; manteca, dulce casero y frutas. Hay una sola palabra para describirlo: riquísimo.
Cuando nos quisimos dar cuenta, ya habían pasado tres horas. Las arboles seguían intactos, al igual que nosotras, una despedida difícil de olvidar.
La segunda oportunidad, totalmente diferente, fue cerca de mi casa. Caminando y haciendo mandados con mi papá una sábado por la mañana. Se esperaba un buen clima, o eso era lo que creía, pero de repente el cielo se volvió negro en sólo 5 minutos. La lluvia torrencial era tan impresionante que tuvimos que salir corriendo al primer al primer techo que teníamos cerca. ¿Dónde era? Otra de los locales de Las Cortaderas y en este caso en Florida.
La amabilidad de los mozos por nuestra llega abrupta llegada parecía de película. Nos recibieron con distintas variedades de té, cafés, chocolatadas, tostadas, sandwitches y tortas de todo tipo. Ya se venía la hora del almuerzo, se podía sentir el olor que salía de la cocina,  pero nosotros teníamos que seguir camino, con o sin lluvia.
Dos opciones y un mismo lugar que vale la pena entrar, degustar sus productos, quedarse un rato a disfrutar y relajarse un poco de la ciudad.